domingo, 22 de marzo de 2009

estereotipos en la adolescencia

Hoy en día los adolescentes, en la búsqueda de su identidad, transcurren por el estrecho túnel de los estereotipos ofrecidos por los medios de comunicación y que les dan alternativas limitadas de vida.
La consolidación de la propia identidad es una etapa normal por la que pasa cualquier niño al llegar a la adolescencia, cuando inicia la búsqueda de su propia esencia: saber quién es, cómo es y qué quiere hacer.
En esa búsqueda juegan muchas respuestas importantes de la vida que lo impulsan a buscar nuevas alternativas: por qué soy como soy, cuál ha sido mi experiencia, qué quiero preservar de mi historia, en qué me parezco a mis padres y de eso qué tengo en común con ellos, qué es lo que realmente quiero conservar.
Nuevos cuestionamientos buscan respuestas personales: ¿cómo pienso?, ¿cómo siento?, ¿cuándo lo siento cómo lo acepto?, ¿a qué sexo pertenezco?, ¿qué me atrae de los otros y cómo manejo la atracción que los otros ejercen sobre mí?, etcétera.
Está documentado por autores que describen el desarrollo psicosocial humano, que un recurso natural en la etapa adolescente es la búsqueda de modelos a los cuales parecerse; por eso las personas que ellos consideran como ideales son fundamentales, pues muchas veces pueden marcarlos para siempre.

Cada adolescente tiene ante sí esta tarea primordial: padres y maestros pueden ayudar ofreciéndole alternativas y ejemplos, pero es cada uno, con base en sus tenencias, inclinaciones, anhelos y experiencias personales y de su grupo de amigos, quien determina cuáles son sus modelos a seguir.
Actualmente los medios de comunicación —principalmente la televisión, el cine y la publicidad— conjugan elementos ideológicos y comerciales para ofrecer valores, modelos y tipos ideales tanto para hombres como para mujeres, con los cuales muchos adolescentes se comparan y tratan de imitar, siendo estos estereotipos los que están contribuyendo a formar la imagen e identidad de las nuevas generaciones.

miércoles, 11 de marzo de 2009

el noviazgo

Noviazgo

Al llegar a la etapa de la adolescencia, se necesita cambiar sus marcos de referencia en prácticamente todos los campos pues ahora la materia prima que lo constituye está cambiando y se hace prácticamente imposible sostener las mismas pautas de conducta, de pensamientos y deseos que se tenían cuando era niño. El mundo se ve diferente y tiene otro sentido cuando se entra en la adolescencia. Nunca se tiene la certeza de qué rumbo van a tomar las cosas, pero de algo sí es seguro: nada es ya como antes y tendrá que encontrar la manera de volver a sentirse seguro en la nueva situación.
Aunque para los adultos puede ser evidente el momento en que un niño empieza a ser adolescente (por su crecimiento físico, sus cambios en la conducta, su manera de pensar y de actuar, etc.) para tí, estos cambios no son claros y los vives como una situación de confusión y descontrol. El nuevo adolescente nunca tiene una consciencia clara de que está entrando en un período de cambio y que lo que está ocurriendo es resultado de un proceso normal. Este desconocimiento te hace más vulnerable a la inseguridad y a la sensación de extrañeza e inadecuación de tu persona.
Esta sensación de extrañeza, de no saber cómo ser y de no estar seguro de nada, se intentará superar o al menos disminuir mediante una serie de mecanismos de identificación con los conocidos que tienen la misma edad que tú y en quienes descubres alguna cualidad que tú valoras y te gustaría tener. Las relaciones con los compañeros de tu misma edad se vuelven importantísimas pues no sólo cumplen una función social, sino que ahora se convierten en un elemento indispensable para que puedas navegar en este período de la vida con cierta certeza de que llevas un rumbo adecuado. El efecto psicológico de saber que eres normal o igual a los demás, te da la tranquilidad necesaria y la seguridad en tí mismo para poder incursionar, con ciertas probabilidades de éxito, en las demás áreas a las que tienes que enfrentarte.
Las oportunidades de tener amistades o relaciones sociales con otros adolescentes de tu edad, resulta crucial para poder superar con éxito la pérdida de tu identidad infantil y el desprendimiento de tus padres, y poder construir, apoyándote en tus compañeros, el propio concepto de tí mismo y así poder consolidar tu identidad personal, indispensables ambos para lograr una personalidad adulta y madura.
El indispensable distanciamiento que necesitas hacer con respecto a tus padres, te lleva a estrechar el acercamiento a los amigos. Sin embargo, este acercamiento no siempre es facíl y menos aun cuando pretendes iniciar una relación de noviazgo. Existen factores propios de tu misma edad (inseguridad, miedo al rechazo, temor a hacer el ridículo, baja autoestima, tu apariencia física, etc.) que hacen de esta experiencia todo un reto porque implica grandes posibilidades de que fracases. La situación se complica con las presiones de tus padres que pretenden (con buena intención) controlar tu conducta social.
En esta situación, tú como adolescente inicias los ensayos para satisfacer la imperiosa necesidad de los amigos, necesidad de sentirte y ser igual que los demás, y de estar a la altura de aquellos que ante tí aparecen como modelos.
Como te habrás dado cuenta, las dudas que tienen los adolescentes abarcan una amplia gama de temas y se extienden a detalles que en otras edades jamás les llamarían la atención, pero que ahora les parecen de lo más importantes. Mencionarlas todas sería imposible, sin embargo hay algunos rasgos característicos que pueden generalizarse y que se encuentran en casi todas las conductas de esta edad.